Día 6 y 7: Spa e Isla de Lembongan

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Después del día tan increíble que tuvimos el día anterior habíamos organizado para hoy una excursión a la isla de Lembongan. Suta nos había contratado la excursión a través de otra agencia dedicada a excursiones en barco. En concreto nuestra agencia se llamaba Bali Hai diving. Pues desayunamos como los pavos porque a las 7,30 de la mañana nos esperaban en la recepción del hotel. Puntuales como un reloj estuvimos esperando como cosa de dos horas a que alguien nos recogiera hasta que decidimos ver la manera de ponernos en contacto con la agencia para ver que narices pasaba. Nuestro error fue no preguntarle a Suta cómo se llamaba la agencia, preguntarle por un teléfono de contacto o algo. Pero más delito tuvo no tener el móvil de Suta para cualquier emergencia como era este caso. El único teléfono que tenía era el que me venía en la documentación del viaje y no era de Suta sino de su jefe. Tuvimos que montar un pollo en recepción para que nos entendieran porque nosotras lo que se dice hablar inglés poquito y daba la casualidad que el empleado que hablaba español no estaba. Al principio se pensaban que nos habían timado y que era Suta el encargado de recogernos ese día en el hotel. Me moría de la rabia porque sabía que Suta no tenía nada que ver y por nada del mundo quería dejarle mal parado… pero menos mal que al cabo de un rato apareció una chica que hablaba algo de español y logró entendernos y ponerse en contacto con el jefe de Suta. Su jefe llamó a la agencia y por lo visto hubo un mal entendido, es decir, que se olvidaron de nosotras y el barco ya había partido. Así que cambiamos los planes. Para el penúltimo día teníamos pensado darnos un masaje de tres horas así que al final cambiamos el masaje para ese para poder ir al día siguiente a Lembongan.

Mi perreta por ir a Lembongan viene porque en todos los foros de Bali hablaban de que en realidad las playas paradisiacas estaban en las pequeñas islas de Bali y claro…cómo nos íbamos a ir de aquí sin ver el paraíso!!!!! Así que volvimos a contratar el todo incluido y por la tarde irnos al spa que también nos había recomendado Suta.

A las 5 de la tarde un taxi del spa vino a recogernos al hotel. El spa está en Kuta, digamos que es la zona más guiri de Bali y donde están las mejores tiendas y zona de marcha para salir por la noche. Da la sensación de que no parece Bali. El spa se llama Galuh Bali Spa y contratamos tres horas de masajes, spa y tratamiento para el cabello. El precio normal por este pack es de 80 dólares pero al ir de parte de la agencia de Suta nos lo rebajaban a 50 dólares. Si también querías que te dieran el masaje en una cabina individual había que pagar 25000 rupias más (normalmente las cabinas son de dos). El spa en sí la verdad es que para mi gusto era un poco hortera, mucho colorido y mucha flor para un sitio en el que se supone que vas a relajarte y a veces daba la sensación de puticlub.

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Esta es la entrada del spa…

Y esta la entrada a la cabina... demasiado color para relajarse

Y esta la entrada a la cabina… demasiado color para relajarse

Yo fui con la idea de que me iban a dar un masaje y que iba a alcanzar el nirvana y lo que me dieron fue una soberana paliza, solo disfruté con el masaje de las manos y los pies y el rato que me dejaron sola dándome un baño en agua de rosas. La chica se subió encima de mí literalmente y a lo mejor la culpa fue mía por tener un montón de contracturas pero es que apretaba cosa mala… Luego cuando llegó la hora del tratamiento del pelo más de lo mismo, parecía que quería sacarme las ideas de la cabeza y también te dan un baño de vapor (igual que el que me da mi peluquera). Teníamos la opción de elegir limpieza  de cara o cabello, y elegimos cabello más que nada porque al día siguiente teníamos que ir a la isla y teníamos miedo de quemarnos vivas al tener la piel de la cara más sensible. Pero mi consejo es que elijáis cara.

Dejamos el spa y nos fuimos al hotel dispuestas a disfrutar una cena con espectáculo de fuego en la playa pero… cuando el día empieza mal seguro que acaba mal también y eso es lo que nos pasó. En la habitación mi madre se da cuenta de que no tenía el móvil y estaba convencida de que se lo había dejado en el spa (a media hora del hotel en taxi). En el spa las cosas las puedes guardar en una taquilla donde tú en todo momento tienes la llave y cuando te vas te dan a firmar una hoja donde aseguras que no te dejas nada dentro. Mi madre la firmó pero como quien firma una patata. Volvimos a recepción (yo muerta de la vergüenza) a volver a montar otro pollo para que nos entendieran. Menos mal que nos entendieron pronto y llamaron al spa. Lógicamente el chico puso como excusa de que nosotras habíamos firmado un papel y que él no se hacía responsable de nada pero que buscarían y si lo encontraban llamarían al hotel. Mi madre no se quedó contenta con la explicación y se obsesionó en que se lo habían robado o que a lo mejor no lo habían buscado bien…madres!!! Así que por sus santos ovarios tuvimos que coger un taxi y plantarnos a ahí para hacer registro. Al llegar al spa ni rastro del móvil, el chico con un cabreo del quince (lógico) y mi madre empeñada en que el móvil estaba ahí. Nos volvimos con las manos vacías, tarde, pagamos un pastón al taxista por la espera y lo peor de todo es que nos perdimos la cena con el espectáculo. Me metí en la cama cabreada a más no poder y esperando a tener mejor día.

Al día siguiente nos levantamos para preparar las cosas para el día en la isla y fíjate que casualidad que al levantar una bolsa me encuentro el móvil de mi madre!!! No sabía si matarla o que así que corrí un tupido velo y decidí centrarme en la excursión. Volvimos a desayunar como los pavos y esta vez sí nos recogieron para llevarnos al barco.

Muchas veces cuando pasan las cosas es por alguna razón y que nos pasaran todas esas cosas el día de antes tuvo sus cosas buenas. Mientras esperábamos a que nos dijera que nos podían subir al barco delante de nosotros se sentó un matrimonio de españoles, creo que los primero que habíamos visto en todo el viaje, y mi madre ni corta ni perezosa se acercó a ellos para saludar. Casualmente habían elegido el mismo paquete de actividades que nosotros así que nos juntamos todos para pasar el día y hacer piña. Luis y Ángel son un matrimonio de Barcelona, todo un ejemplo de complicidad por lo poco que he visto y lo que me gustaría tener algún día con mi pareja. Todos los años ahorran y recorren mundo. Eran ya mayores, o por lo menos tenían ya hijos de mi edad y nos contagiaron su vitalidad y buen rollo en un momento. A diferencia que nosotras ellos acababan de llegar a la isla y esa era su primera excursión.

Nuestra excursión costó 50 euros donde incluía: desayuno en barco, excursión al pueblo de Lembongan, comida, snorkel, paseo en banana boat y merienda en el regreso en barco. Mi madre por ejemplo en vez de snorkel eligió paseo en una barca de cristal para ver el fondo del mar. Y todo esto amenizado con un grupo de música que te tocaba canciones según del país que fueras jajajajajaajaja.

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Uno de los barcos de Bali Hai

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Nuestro barco

La isla una verdadera pasada!!! Y efectivamente, el auténtico paraíso. Se nota que está siendo invadida por el espíritu turista pero de momento no existen complejos hoteleros que estropean el paisaje. Si quieres pasar ahí la noche lo que tienes son bungalows y chiringuitos para comer y cenar pero todo acorde con el entorno.

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Paradisiaco!!!!!

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Para desconectar unos días esta isla es perfecta!!!

Primero nos llevaron a ver el pueblo. Menos mal que el gran grupo de japoneses que vinieron con nosotros eligieron ir al pueblo por la tarde. Así que nos montaron en una furgoneta con un toldillo. Íbamos Luis, su mujer Ángela, dos chicas balinesas, mi madre y yo.

El pueblo tiene su encanto y una de sus atracciones es visitar la casa de un hombre que meditaba en una casa que se hizo debajo del suelo. La verdad que impresiona y no te imaginas como alguien se podía pasar ahí días y días. Te hacen bajar y hay que tener muchísimo cuidado de pisar donde no debes por si te lesionas.

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Este es el altar que tienen en el patio de la casa del hombre que meditaba

Después de ver esa casa y pasar un calor de muerte nos llevaron a la plantación de algas. Nunca pensé que una plantación de algas pudiera ser tan espectacular!!! La isla a parte del turismo vive de la exportación de algas a China con lo que se hacen cosméticos, cremas etc.

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Espectacular!!!!

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Recolectores de algas

Llegó la hora de la comida y nos llevaron a un restaurante, que en realidad era una terraza con buffet, una piscina de agua salada con un tobogán y todo amenizado por el grupo de música que había en el barco. La comida estuvo bien porque todo era comida típica de Bali, hasta la fruta. Había una fruta rara que parecía una cabeza de ajo con saber agridulce, estaba buena pero te dejaba la lengua como una alpargata. La bebida había que pagarla menos el agua, que había una fuente para servirte la que quisieras. Por ejemple en el caso de Luis y Ángela a ellos les habían dado unos vales de bebidas para consumir en el barco y en el restaurante. No sé de qué dependerá de te den esos vales o no. De todas maneras las bebidas no eran caras, una coca cola era 60 céntimos más o menos y podías pagar en todas las monedas.

Después de comer llegó la hora de hacer snorkel. Ahora que lo pienso a lo mejor los japoneses eligieron snorkel por la mañana por el tema de la digestión…jajajajajajaja. Consejo número 1: si vais a hacer snorkel llevaos una cámara de agua porque lo que se ve ahí debajo es espectacular. Yo para variar no la tenía pero el próximo verano me compro una sin falta.

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De camino a hacer snorkel

Te llevan a alta mar donde tienen preparada una plataforma y una red, donde la única norma es no salirte de la red. Los peces y los corales que se ven ahí son impresionantes. Los encargados de llevarte ahí tiran trozos de pan para que los peces se acerquen y a veces los tienes nadando entre los dedos de las manos. La experiencia la verdad es que fue increíble, me gustó mucho más que en la Riviera Maya aunque la zona de nado sea más pequeña. De regreso a la isla nos fuimos en paseo en el banana boat a que nos diera un poco el aire jjjjjjjjj. Divertido!!!

A la hora de volver a Bali digamos que el regreso no fue muy agradable. No sé si fue el barco o la marea pero eso se movía una barbaridad. En cuestión de 10 minutos casi todo el barco se puso a vomitar, a marearse, a ponerse pálido… menos mal que yo aguanté el tirón y mi madre se quedó dormida. Lo peor de todo fue ver a la gente mala mientras el grupo de música tocaba como si nada jajajajajaja. Era para tirarles una chancla en la cabeza y decirles que se callen. Y para más remate cada dos por tres te pasaban la bandeja de pasteles para merendar. Consejo número 2: si eres propenso a marearte no comas dulces. Los pastelitos según entraron salieron…me entendéis no?

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Los músicos en cuestión en plena vomitera

Llegamos al hotel, nos duchamos y nos fuimos a cenar al restaurante donde fuimos a cenar el primer día y me pedí el mismo plato como despedida.

Al día siguiente nos esperaba un duro día de regreso a España. En el siguiente post contaré la experiencia en el aeropuerto que no fue muy agradable…

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